Economía y ECOnomía
Problemas de la economía capitalista
En torno al año 2008 se iniciaba en EEUU una crisis económica que ha afectado, en mayor o menor medida, a casi todos los países del mundo y que, lejos de haber terminado, todavía está dejando sentir la dureza de sus consecuencias en muchos países, entre ellos España.
Incremento extraordinario del paro – 25,98% de la población activa, el pasado mes de octubre -, hundimiento de sectores de la economía, quiebra de miles de empresas y gobiernos que se han endeudado hasta niveles preocupantes, son los síntomas más destacados de esta crisis, en la economía española pero también en otras economías, según el libro de Vicenç Navarro et al. (2011), Hay alternativas.
Las causas superficiales de la crisis, según esta misma fuente, y sobre las que existe bastante consenso, se podrían resumir en esta cadena de sucesos: crisis financiera originada por los bancos estadounidenses al difundir por todo el sistema financiero internacional derivados de contratos hipotecarios que, calificados como inversiones rentables, resultaron ser basura financiera.
Quiebra de bancos e inversores que habían adquirido esos derivados; crisis del crédito, del que dependen empresas y consumidores, seguida de caída de la actividad económica y aumento del paro; inyección de miles de millones para salvar a los bancos y reactivar el crédito, que sólo sirvió para aliviar un poco la situación; los gobiernos se encontraron con más dificultades para recaudar ingresos, al mismo tiempo que aumentaba el gasto, dando paso a una crisis de deuda, que ha llevado a los gobiernos a adoptar medidas de recorte del gasto social, presionados por la banca…
Pero las causas de fondo de todo este proceso hay que buscarlas en la estructura del sistema económico capitalista, la financiarización de la economía y la enorme capacidad para generar capital de la nada a través de la especulación, del juego con la deuda y con el valor de las cosas.
Por otro lado, al mismo tiempo y relacionadas con el funcionamiento del sistema económico, se están produciendo otras crisis que afectan al medio ambiente y a la sociedad, que aunque parecen avanzar de manera imperceptible para la mayoría de la población, ya están afectando gravemente a las economías y a las vidas de muchísimas personas.
Sirvan de ejemplo, el calentamiento global del Planeta, el encarecimiento del petróleo o las repercusiones sobre la salud y la cohesión social de la evolución hacia sociedades altamente competitivas.
Las deficiencias del modelo económico capitalista y sus consecuecias negativas sobre distintos aspectos sociales y ambientales que afectan directa o indirectamente a nuestras vidas, el descontento y la pérdida de confianza en los mercados financieros y en los bancos, pero también en los gobiernos y el sistema democrático, al servicio de los grandes movimientos de capital, se está concretando en una efervescencia de movimientos que surgen de la sociedad civil y que tratan de hacer visible por un lado la injusticia del sistema económico, y por otro mostrar que otras alternativas son posibles. En esta página, y en Alternativas ECOnómicas, recojo algunas de las propuestas de cambio del paradigma económico que, en mayor o menor medida, tratan de integrar el medio ambiente.
Más:
ATTAC España Asociación de personas y colectivos que trabajan por la justicia económica global.
Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda Plataforma ciudadana que defiende la realización de una auditoría de la deuda pública en España, que consideran ilegítima, y que está siendo utilizada por el gobierno español, junto con él de la UE o los gobiernos autonómicos y locales, para justicar las políticas de austeridad.
Quién debe a quién Red por la abolición de la deuda externa y la restitución de la deuda ecológica.
Buscando una economía alternativa: hacia una eco-economía
En 1987 se publicaba Nuestro futuro común, más conocido como informe Brundland, con la propuesta de lograr un desarrollo sostenible como alternativa de desarrollo para hacer frente a la crisis medioambiental.
En este informe se definía el desarrollo sostenible como “aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las formas de vida de las generaciones futuras”, convirtiéndose en su definición más extendida.
Como ocurre con la mayoría de las alternativas que menciono en esta página y en Alternativas ECOnómicas, suele existir un consenso sobre las motivaciones que demandan el cambio y el lugar al que se quiere llegar, pero no tanto sobre cómo lograrlo.
En general se acepta que ha de haber un equilibrio entre el sistema económico, el social y el ecológico, pero esto abre el camino a la principal crítica que se le hace al desarrollo sostenible, pues al equiparar el sistema económico al social y al ecológico, a menudo se cae en la trampa de querer compatibilizar el crecimiento económico con el medio ambiente y la justicia social.
Se tiende a pensar que un desplazamiento hacia una economía verde, con enverdecimiento de sectores estratégicos tales como el energético o el agrícola, permitiría alcanzar ese desarrollo sostenible, sin tener que cambiar el sistema.
Otras propuestas económicas, profundizan en la idea de hacer que los procesos productivos se integren mejor en la naturaleza, pero al igual que ocurre con la interpretación más generalizada de economía verde, no cuestionan el ritmo de producción y consumo.
La economía circular, en la que las empresas colaborarían en el reciclaje de los productos a través de la fabricación de productos fácilmente reciclables e involucrándose en su recogida y procesamiento, o la economía azul, basada en la observación de la naturaleza y en el diseño de productos y procesos que la imitan (biomesis) son sólo un par de ejemplos.
Desarrollo sostenible en Wikimedia Commons de Johann Dréo
Lester R. Brown, fundador y presidente de Earth Policy Institute (también fundador y presidente durante 26 años de Worldwatch Institute), proponía en su libro Eco-economía, publicado en 2001, moverse hacia una economía que respete la ecología, para lo que sería necesario un cambio de paradigma, que supondría la inclusión de la economía como subsistema dentro del ecosistema global, y no al revés.
En un ámbito más académico, y desde una perspectiva transdisciplinar, esta es la línea de investigación que sigue la economía ecológica, de la que beben movimientos como el decrecimiento o la economía solar, propuesta por Hermann Scheer.
Estas dos posturas básicas, la que trata de logar un equilibrio entre los sistemas económico, social y ecológico y la que considera a los sistemas económico y social como subsistemas del ecológico, se encuentran más o menos presentes en distintas iniciativas de cambio hacia otra manera de vivir más respetuosa con el medio ambiente y con las personas, que en mayor o menor medida ya funcionan de manera paralela a la economía convencional. De las más destacadas hablo en la página Alternativas ECOnómicas.
Iniciativa para una economía verde Página del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA o UNEP en sus siglas en inglés) sobre el consenso acerca de la economía verde al que se ha llegado en el marco de Naciones Unidas.
Ellen McArthur Foundation Fundación que a través de la educación, la innovación empresarial y el análisis promueve la transición hacia una economía circular.
Zero Emissions Research and Iniciatives (ZERI) Página de la red global de promoción y desarrollo de la economía azul (en inglés).