¡cambia el planeta divirtiéndote!


Este artículo se dirige especialmente a los padres que quieren concienciar a sus hijos de la necesidad de respetar el medio ambiente.


Este fin de semana, además de apagar todas mis luces, ordenadores y televisores para la Hora del Planeta, he participado en la limpieza de primavera de mi ciudad. Eso es lo que me dio la idea de escribir este post.


Simple pero eficaz


Sábado, 7:30 am, me siento como en Youpi Matin: el despertador suena, duele. Después de despertarme, me dirijo al centro técnico donde encuentro agentes municipales con botas y chaquetas fluorescentes.


Subimos a un camión equipado con alicates, guantes y bolsas de plástico, y nos llevan al borde de una carretera. Y ahí comienza una búsqueda del tesoro, salvo que, por supuesto, las monedas de oro son en realidad basura: la gente tira todo tipo de cosas por la ventanilla de su coche, excepto los billetes de 50 euros. Me saltaré los detalles de nuestros fabulosos descubrimientos: la recogida de colillas, latas, botellas, tetinas, plásticos y trozos de lona en el programa.


Cuando me preguntaron por qué recogía la basura de otras personas, me quedó claro que no lo hacía por otra persona, sino por otra: la siguiente generación.


Concienciación a una edad temprana


Es posible que su ayuntamiento ofrezca este tipo de días de recogida especial de residuos.


La asociación Mountain Riders desarrolla este tipo de acciones en las estaciones de esquí… pero también se puede hacer por cuenta propia en cualquier época del año, en pareja, con amigos o con la familia y los niños, y en cualquier camino.


Creo que trabajando con los jóvenes y ofreciéndoles una visión diferente a una edad temprana, todo puede cambiar en una generación. Si educamos a los niños desde pequeños sobre la importancia de respetar la naturaleza a través de este tipo de actividades, imagina el impacto que tendrá en la construcción de la personalidad de cada niño.


Al adoptar una actitud responsable, los niños adoptan hábitos, automatismos, y de ello depende su comportamiento futuro.


Además, esta actividad es gratificante y permite al niño sentir la confianza que le dan sus padres, al tiempo que le hace responsable.


Sensibilización a través del juego


Imagina que tu querida cabecita rubia ha invitado a sus amigos a una fiesta de té. ¿Cómo puedes mantenerlos ocupados durante toda una tarde (sobre todo cuando has terminado de ordenar la casa)?


Seamos inteligentes y hagamos una búsqueda del tesoro.


Todo el mundo coge un par de guantes, una bolsa, y enseguida se establecen las reglas del juego: el que recoge más basura gana un regalo (una caja de caramelos, por ejemplo). A continuación, se va a los senderos cercanos para dar un divertido paseo.


A la vuelta, se pesan las bolsas y la persona que haya recogido más basura se lleva el regalo… pero todos son recompensados con una merecida merienda.


A través del juego y del aspecto lúdico de dicha acción, puedes educar a tus pequeños a la vez que mejoras tu entorno. Y si a los 27 años me divertí de verdad batiendo el campo con barro en los zapatos, me imagino que un niño se divertirá tanto o más que yo.


Si tienes otros ejemplos o ideas personales que compartir, no dudes en dejar tus comentarios.