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Airbus presentó el lunes tres conceptos de aviones de «emisiones cero», propulsados por hidrógeno. La compañía aeroespacial espera tenerlos volando para 2035.
Airbus busca la neutralidad. Para el presidente de la empresa aeronáutica Guillaume Faury, el desarrollo de un avión descarbonizado a base de hidrógeno es una «prioridad estratégica», declaró el domingo en las columnas de Le Parisien. El lunes 21 de septiembre, Airbus desveló tres conceptos en este sentido: aviones propulsados por hidrógeno, cuyo primer prototipo comercial podría entrar en servicio en 2035. Se designan con el código «ZEROe» de«cero emisiones«.
El efecto COVID tras el «flygskam
«Desarrollar un avión descarbonizado no requiere un gran avance tecnológico», afirma el jefe del fabricante de aviones, señalando que Airbus ya ha utilizado la propulsión de hidrógeno para sus satélites y el cohete Ariane.
El sector aeronáutico, que se ha visto afectado por la crisis del coronavirus y está en el punto de mira del movimiento«flygskam» (que viene de Suecia y se refiere a la «vergüenza de coger el avión») por sus emisiones de CO2 (entre el 2 y el 3% de las emisiones mundiales), está trabajando duro para avanzar hacia la descarbonización del transporte aéreo.
«Se trata de un momento histórico para todo el sector de la aviación comercial, y tenemos la intención de desempeñar un papel destacado en la transición más importante que ha vivido nuestra industria», resumió el fabricante de aviones en un comunicado.
¿El hidrógeno como solución?
Para el Gobierno, la hipótesis del «hidrógeno» sería «la mejor respuesta a este ataque a la aviación que observamos desde hace varios meses», según el ministro de Transportes, Jean-Baptiste Djebbari. A principios de septiembre, el ejecutivo anunció un presupuesto de 7.000 millones de euros en 10 años para impulsar el desarrollo de esta energía baja en carbono.
El motor de hidrógeno no emite contaminación, ya que sólo produce vapor de agua. Sin embargo, si el hidrógeno utilizado es en sí mismo «limpio», es decir, producido por electrólisis del agua utilizando electricidad procedente de fuentes renovables o, al menos, de bajas emisiones de carbono.
Tres prototipos descarbonizados, pero con un complejo almacenamiento de hidrógeno
El primer concepto de Airbus, un motor turborreactor de aspecto clásico pero ligeramente alargado, estaría alimentado por una turbina de gas que funcionaría con hidrógeno, almacenado en tanques situados en la parte trasera del fuselaje.
Debería poder transportar entre 120 y 200 personas a bordo -el equivalente a un A220 o A320- y tener una autonomía de más de 3.500 kilómetros. El segundo concepto es un avión regional turbohélice (con hélices) que puede transportar hasta 100 pasajeros durante 1800 kilómetros. El tercero es un ala voladora con una capacidad y alcance similares al concepto de turborreactor.
Las principales dificultades de estos aviones impulsados por hidrógeno residen en el almacenamiento y el transporte a bordo de la energía, lo que abre el camino a muchos posibles cambios en la forma del avión.
Empezando por los motores, que suelen estar fijados bajo las alas. El hidrógeno debe licuarse a -253 grados, según la directora de tecnología del fabricante de aviones, Grazia Vittadini, lo que implica tanques criogénicos que deben tener forma cilíndrica o esférica para soportar la presión.
El problema es que estos no pueden «alojarse en todas partes en las alas como se hace hoy», dice Patrick Gandil. Para superar estas dificultades, Airbus trabaja desde 2017 en el Maveric, un concepto de ala voladora: «El fuselaje excepcionalmente ancho ofrece múltiples posibilidades para el almacenamiento y la distribución del hidrógeno, así como para la disposición de la cabina», explica la empresa.
1.500 millones de euros asignados por el gobierno
Airbus, el fabricante de motores Safran, su empresa conjunta Arianegroup y Onera, en consorcio, trabajan desde principios de año en el uso del hidrógeno parala aviación.
Según el calendario establecido, la elección y maduración de las tecnologías llevará cinco años y luego dos años para la elección de proveedores y centros industriales, según el presidente Guillaume Faury. «Por lo tanto, el lanzamiento del programa está previsto para alrededor de 2028. Nuestra ambición es ser el primer fabricante que ponga en servicio un avión de este tipo en 2035. Según él, será necesario dedicar «varias decenas de miles de millones de euros» a este programa.
El proyecto se hace eco del objetivo de un «avión neutro en carbono», fijado a principios de junio por el Gobierno francés, que prevé dedicarle 1.500 millones de euros de aquí a 2022 dentro de su plan de apoyo al sector aeronáutico.